Tras las imponentes puertas de una encantadora placita, podrá realizar un auténtico viaje en el tiempo, la época de Pagnol, Frédéric Mistral y el folclore que hace de la Provenza una región perfumada que habla a todo el mundo.
Mira hacia arriba
Al llegar al patio, cubierto de calades, levante la vista para contemplar este palacio que Jeanne de Flandresy, antigua dueña de la casa, imaginó como una Villa Médicis francesa. Una apuesta acertada, aunque sea en miniatura…
Visitar el Palacio del Roure es como aceptar una invitación a entrar en la intimidad de una familia, una familia que creíamos que sólo existía en las novelas de nuestra juventud. Se topará con el tocador de Jeanne con la sensación de que acaba de salir de él, o con el dormitorio de Folco de Baroncelli, el propietario anterior a ella. Su cama sigue allí y la habitación casi recuerda a un plató de cine. La familia Baroncelli, propietaria de la casa durante 5 siglos, debe de haber dejado su huella en las paredes.














