Esta casa se sitúa en el número 18 de la calle Saint-Étienne. Fue construida por un rico comerciante de Aviñón que, en 1773, había comprado un edificio en ruinas.
Una de las características más llamativas del edificio son los alféizares de hierro forjado de las ventanas, cada uno con una «figura de globo» en el centro, realzada en los alféizares del segundo piso por un pequeño aerostato de chapa recortada y repujada».
Desde 1782, los hermanos Montgolfier venían aquí desde Annonay para trabajar en el comercio del papel. El Correo de Aviñón del 24 de febrero de 1784 explicaba: «El Sr. de Montgolfier, el mayor de los hermanos, realizó su primera experiencia en Aviñón. Aquí tuvo la gran alegría de observar que un pequeño paralelepípedo hueco de tafetán, previamente calentado, se elevaba rápidamente hacia el techo».
Félix Dugonet relató este acontecimiento en su libro de 1903 «L'invention de l'Aéronautique à Avignon en 1782». Allí narra: «Mientras se lavaba, quiso calentar la camisa que se iba a poner. Para ello, encendió una hoguera de papel delante de la chimenea y, apretando la abertura del cuello con la mano izquierda, ensanchó las solapas acampanadas de la camisa para concentrar el calor. De este modo, el aire caliente, fuertemente atrapado en el abombamiento de la lona, empezó a elevar la camisa inflada por encima del improvisado hogar con fuerza suficiente».
Los hermanos Montgolfier dieron una de las primeras sesiones de aerostación en el patio principal de la mansión Villeneuve-Martignan, actual Museo Calvet de Aviñón.
Desde 1782, los hermanos Montgolfier venían aquí desde Annonay para trabajar en el comercio del papel. El Correo de Aviñón del 24 de febrero de 1784 explicaba: «El Sr. de Montgolfier, el mayor de los hermanos, realizó su primera experiencia en Aviñón. Aquí tuvo la gran alegría de observar que un pequeño paralelepípedo hueco de tafetán, previamente calentado, se elevaba rápidamente hacia el techo».
Félix Dugonet relató este acontecimiento en su libro de 1903 «L'invention de l'Aéronautique à Avignon en 1782». Allí narra: «Mientras se lavaba, quiso calentar la camisa que se iba a poner. Para ello, encendió una hoguera de papel delante de la chimenea y, apretando la abertura del cuello con la mano izquierda, ensanchó las solapas acampanadas de la camisa para concentrar el calor. De este modo, el aire caliente, fuertemente atrapado en el abombamiento de la lona, empezó a elevar la camisa inflada por encima del improvisado hogar con fuerza suficiente».
Los hermanos Montgolfier dieron una de las primeras sesiones de aerostación en el patio principal de la mansión Villeneuve-Martignan, actual Museo Calvet de Aviñón.
