Entre el rey de los ríos del valle del Ródano y la embocadura del Mediterráneo, es una historia de amor que se fue entretejiendo con el paso de los siglos. Una historia natural en la que la fauna y la flora son los actores majestuosos, testigos de huellas dejadas por los romanos.
LA CAMARGA
Una isla entre dos tierras
Un delta en el que el río y el mar se encuentran… la Camarga son 100.000 hectáreas y 75 km de litoral marítimo que concentran infinidad de riquezas silvestres a preservar. Las más emblemáticas son los flamencos rosas, los caballos y los toros de Camarga. En sus canales, pantanos, campos o arrozales nació el saber-hacer ancestral que los hombres siguen transmitiéndose.
Tierra de migración para las aves, la Camarga es un punto de observación estratégico para los aficionados de ornitología. Se necesita cierto tiempo para descubrir este ecosistema único. Recorriendo el territorio del Parque Natural Regional de Camarga podemos acercarnos, con mucho cuidado y con sumo respeto, a su fauna y su flora frágiles. Abierto a todo público.


ARLES
Cuna de la romanidad
Arelate. Así es como la llamaban los romanos. Como Aviñón que debe su destino fuera de lo común a la presencia de los papas, para Arles fueron los romanos que modelaron sus rasgos y le ofrecieron para los siglos futuros, una patrimonio de excepción. Doblemente clasificada patrimonio mundial de la UNESCO, Arles encierra en su centro histórico, fabulosos edificios testigos de la instalación y de la capacidad arquitectónica de los romanos.
Las arenas de Arles, un anfiteatro de 12.000 plazas, acogen hoy en día numerosos espectáculos de tauromaquia y ha rencontrado su vocación ancestral organizando espectáculos de juegos. El teatro antiguo conserva su función cultural gracias a espectáculos diversos en las distintas temporadas. Pero Arles también ha sabido entrar en la modernidad con los Encuentros de foto, el Festival des Suds en Arles, los Escales du Cargo, etc… Entre patrimonio, cultura y arte de vivir, ¡Arles nos ofrece mucho para descubrir!